A sus «apenas 80 años», el autor de El Aleph, dio una nota recordada al periodista español Joaquín Soler Serrano en la que habló de la muerte, la soledad y los libros, entre otros temas.

Jorge Luis Borges dio muchas entrevistas a lo largo de su vida. Su riqueza para usar el lenguaje y su aguda inteligencia obligaba a que quienes pretendieran una nota con él se pongan a la altura de las circunstancias.

Tal vez uno de los encuentros más recordados y difundidos -el canal Encuentro ha compartido esa charla- fue el que mantuvo con el periodista español Joaquín Soler Serrano luego de ganar un premio. Esta conversación se convirtió en una perlita imperdible si se quiere saber más sobre su faceta humana y su impecable obra.

¿Qué pensaba de la vida? ¿Cómo se pensaba a sí mismo y a sus años? Un octogenario Borges reflexiona sobre cada interrogante. E incluso, muchas veces, responde con más cuestionamientos.

LA SOLEDAD: «La tarea del escritor es solitaria. Pero me di cuenta que fui leído. Entonces uno se hace de amigos invisibles. Y uno se da cuenta que lo quieren a uno. Son amigos míos, a pesar de haber leído mis libros».

BORGES EXISTENCIALISTA: «Fui traducido al japonés, al finlandés, al islandés. Yo no sé qué explicación tiene. Si es que hay alguna explicación en el mundo».

DESEO DE MUERTE: «Estoy cansado de vivir. Querría que los astros me pararan. Pero antes quiero concluir varias cosas. Sobre todo, me gustaría conocer físicamente la China y la India». 

LO ORAL VS LO ESCRITO: «El Borges oral es tartamudo, imperfecto. En cambio, el Borges escrito es muy palabrero». 

CLASES: «La clase media es la mejor. Es tan deplorable que en un país haya millonarios como que haya mendigos».

FELICIDAD: «Mi madre siempre estuvo preocupada por mi felicidad. Yo nunca fui feliz, siempre fingí serlo. Por eso pensé que la había defraudado».

PELEAS: «Uno por cortesía tendría que tratar de no tener razón en las discusiones».