La novela se centra en un acontecimiento histórico: la primera revolución producida en América de los negros contra los blancos, entre 1757 y 1826, año en que se reestablece en Haití la ocupación francesa. El esclavo Ti Noel, el protagonista, atraviesa los diversos momentos del proceso revolucionario, hasta su dramática culminación.

Había abundancia de cabezas aquella mañana, ya que, al lado de la tripería, el librero había colgado de un alambre, con grapas de lavandera, las últimas estampas recibidas de París. En cuatro de ellas, por lo menos, ostentábase el rostro del rey de Francia, en marco de soles, espadas y laureles. Pero había muchas otras cabezas empelucadas, que eran probablemente las de altos personajes de la Corte. (…) Pero se diferenciaba de los demás por el asunto y la ejecución. Representaba algo así como un almirante o un embajador francés recibido por un negro rodeado de plumas y sentado sobre un trono adornado de figuras de monos y de lagartos.

-¿Qué gente es esa? – preguntó atrevidamente al librero, que encendía una larga pipa de barro en el umbral de su tienda.

-Ese es un rey de tu país.

No hubiera sido necesaria la confirmación de lo que ya pensaba, porque el joven esclavo había recordado, de pronto, aquellos relatos que Mackandal salmodiaba en el molino de cañas, en horas en que el caballo más viejo de la hacienda de Lenormand de Mezy hacía girar los cilindros. Con voz fingidamente cansada para preparar mejor ciertos remates, el mandinga solía referir hechos que habían ocurrido en los grandes reinos de Popo, de Arada, de los Nagós, de los Fulas. Hablaba de vastas migraciones de pueblos, de guerras seculares, de prodigiosas batallas en que los animales habían ayudado a los hombres. Conocía la historia de Adonhueso, el Rey de Angola, del Rey Da, encarnación de la Serpiente, que es eterno principio (…). Pero sobre todo se hacía prolijo con la gesta de Kankán Muza, el fiero Muza, hacedor del invencible imperio de los mandingas, cuyos caballos se adornaban con monedas de plata y gualdrapas bordadas, y relinchaban más arriba el fragor de los hierros, llevando el trueno en los parches de dos tambores colgados de la cruz. Aquellos reyes, además, cargaban con la lanza a la cabeza de sus hordas, hechos invulnerables por la ciencia de los Preparadores, y sólo caían heridos si de alguna manera hubieran ofendido a las divinidades del Rayo o las divinidades de la Forja. Reyes eran, reyes de verdad, y no esos soberanos cubiertos de pelos ajenos, que jugaban al boliche y sólo sabían hacer de dioses en los escenarios de sus teatros de corte, luciendo amaricada la pierna al compás de un rigodón . Más oían esos soberanos blancos (…) los chismes de sus queridas y los cantos de sus pájaros de cuerda, que el estampido de cañones disparando (…). Aunque sus luces fueran pocas, Ti Noel había sido instruido en esas verdades por el profundo saber de Mackandal. En el África, el rey era guerrero, cazador, juez y sacerdote; su simiente preciosa engrosaba, en centenares de vientres, una vigorosa estirpe de héroes. En Francia, en España, en cambio, el rey enviaba a sus generales a combatir , era incompetente para dirimir litigios, se hacía regañar por cualquier fraile confesor, y, en cuanto a riñones, no pasaba de engendrar un príncipe debilucho, incapaz de acabar con un venado sin ayuda de sus monteros, al que designaban, con inconsciente ironía, por el nombre de un pez tan inofensivo y frívolo como era el delfín. Allá, en cambio – en «Gran Allá» -, había príncipes duros como el yunque, y príncipes que eran el leopardo, y príncipes que conocían el lenguaje de los árboles, y príncipes que mandaban sobre los cuatro puntos cardinales, dueños de la nube, de la semilla, del bronce y del fuego.

Ti Noel oyó la voz del amo que salía de la peluquería con las mejillas demasiado empolvadas.

Su cara se parecía sorprendentemente, ahora, a las cuatro caras de cera empañada que se alineaban en el estante, sonriendo de modo estúpido. De paso, Monsieur Lenormand de Mezy compró una cabeza de ternero en la trpería, entregándola al esclavo. Montado en el semental ya impaciente por pastar, Ti Noel palpaba aquel cráneo blanco y frío, pensando que debía de ofrecer al tacto un contorno parecido a de la calva que el amo ocultaba debajo de su peluca. (…)

Monsieur Lenormand de Mezy y su esclavo salieron de la ciudad por el camino que seguía la orilla del mar. Sonaron cañonazos en lo alto de la fortaleza. «La Courageuse», de la armada del rey, acababa de aparecer en el horizonte de la vuelta de la Isla de la Tortuga. En sus bordas se pintaron ecos de blancos estampidos. Asaltado por recuerdos de sus tiempos de oficial pobre, el amo comenzó a silbar una marcha de pífanos. Ti Noel. en contrapunteo mental, tarareó para sus adentros una copla marinera, muy cantada por los toneleros del puerto, en que se echaban mierdas al rey de Inglaterra. De lo último sí estaba seguro, aunque la letra no estuviese en créole. Por lo mismo, la sabía. Además, tan poca cosa era para él el rey de Inglaterra como el de Francia o el de España, que mandaba en la otra mitad de la isla.

  • Tripería: tienda donde se venden tripas de caballo.
  • Grapas: gancho de hierro que sirve para unir dos piezas.
  • Salmodiaba: hablaba monótonamente.
  • Lenomard de Mezy: amo de Ti Noel durante la primera parte de la novela.
  • Mandinga: individuo de un grupo étnico africano.
  • Popo, Arada, Nagós, Fulas, Adonhueso, Rey Da, Kankán, Muza, divinidades del rayo y de la Forja: reinos, reyes y dioses africanos mitológicos, imaginarios.
  • Gualdrapas: coberturas que cubren y adornan las ancas de las cabalgaduras.
  • Amaricada: afeminada.
  • Rigodón: antigua danza provenzal.
  • Monteros: personas que buscan y persiguen la caza en el monte.
  • Pífanos: flautines de tono muy agudo usados en las bandas militares.
  • Créole: idioma hablado en Haití y por emigrantes haitianos en la zona del Caribe. Está estructuralmente basado en el francés, pero mezclado con lenguas del África occidental.

Alejo Carpentier y Valmont (Lausana, Suiza, 26 de diciembre de 1904 – París, Francia, 25 de abril de 1980). Escritor cubano.

La familia Carpentier se instala en La Habana entre 1908 ó 1909.

Hijo de un arquitecto francés y una profesora rusa, inicia estudios de arquitectura en 1921, que abandona dos años más tarde, pasando a ejercer como periodista en la revistas HispaniaSocial Carteles, destacando también como musicólogo. En 1924 es nombrado redactor jefe de la revista Carteles. Encarcelado en 1927 por su actividad política de oposición al dictador Machado, en 1928 abandona Cuba para establecerse en París. Allí se dedica a actividades relacionadas con la música, siendo corresponsal de diversas revistas culturales cubanas.

Entra en contacto con la vanguardia, especialmente con el surrealismo, y colabora en la revista Révolution Surréaliste de André Breton. En 1933 publica en Madrid su primera novela ¡Ecué-Yamba-Ó!, aunque la que marca su madurez literaria es El reino de este mundo. En España entabla amistad con los poetas de la Generación del 27 Pedro Salinas, Rafael Alberti y Federico García Lorca.

En 1937 participa en el II Congreso por la Defensa de la Cultura y tras dos años en Europa regresa a Cuba. Continúa su labor periodística en la radio y en revistas como Tiempo Nuevo y Orígenes. Entre 1945 y 1959 vive en Venezuela, para volver a instalarse en Cuba tras la victoria de Fidel Castro.

Desempeña las responsabilidades de director de la Editora Nacional y de vicepresidente del Consejo Nacional de Cultura, siendo además consejero cultural en las Embajadas de Cuba en diversas capitales iberoamericanas y del este de Europa. Sus últimos años los pasa en Francia como alto funcionario diplomático en la embajada de París.

  1. ¿Qué es lo que colgó el librero? ¿Quiénes se ven allí?
  2. ¿Cómo se caracteriza a los antiguos reinos, reyes y divinidades africanas? Describir cada uno.
  3. ¿Quien es Lenormand de Mezy? ¿Cómo se lo describe?
  4. ¿Qué contrastes se hacen sobre los reyes africanos y los europeos?
  5. ¿Por qué creés que Ti Noel comienza a tararear la copla marinera?
  6. ¿Cuáles son las similitudes entre los reyes europeos presentados en el fragmento y los gobernantes de la actualidad?
  7. Según tu opinión: ¿sigue existiendo la esclavitud? ¿en qué casos? ¿Por qué?
  8. «Mackandal» es un personaje creado a partir de un hombre real: Francois Mackandal. Averiguar quién fue y cuál fu su participación en la historia de Haití.
  9. Relacionar lo leído en el fragmento y lo trabajado en las actividades con el caso de George Floyd: https://www.dw.com/es/qu%C3%A9-ha-cambiado-desde-la-muerte-de-george-floyd/a-57663075