Muchas veces en el habla cotidiana, en la que recibimos a través de los
medios de comunicación, etc. no usamos específicamente los verbos conjugados
individualmente, sino que a esos verbos los “transformamos” en frases verbales.
Esto ocurre porque en mucho lugares de nuestro país son preferidas estas formas.
Entonces, es necesario para adecuarlas a nuestro vocabulario habitual
estudiarlas, comprenderlas y ejercitarlas.

En muchos lugares de nuestro país, cuando se habla, por lo general se dice “voy a salir”, en vez de “saldré” o “vamos a comer”, en vez de “comeremos”. Es decir que, en lugar de usar una forma verbal simple, empleamos frases verbales, a veces porque son las preferidas en nuestra variedad de lengua; otras veces, para expresar ideas que con una sola forma verbal no sería posible expresar.

Las frases verbales son construcciones compuestas por un verbo conjugado (que indica persona, número, tiempo y modo) y un verboide (infinitivo, participio o gerundio). Algunas frases verbales se construyen con una preposición o con “que” entre el verbo conjugado y el infinitivo (por ejemplo: “Voy a salir”, “Tengo que estudiar”).
El verbo conjugado funciona como auxiliar y el verboide aporta el significado fundamental a la frase verbal. Veamos algunos ejemplos: “Tengo que salir” = verbo “tener” conjugado + “que” + infinitivo “salir” (aporta el significado); “Voy a estudiar” = verbo “ir” + “a” + infinitivo “estudiar”.
En ocasiones las frases verbales pueden construirse con dos auxiliares. El segundo auxiliar también es un verboide. Por ejemplo:

Cuando las frases verbales incluyen pronombres, estos pueden ir pospuestos y unidos al verboide, o antepuestos al verbo auxiliar o conjugado. Así, es correcto tanto “me voy a acostar” como “voy a acostarme”.